Cómo cultivar y cuidar una Ciclámenes

El valor ornamental del violeta de Persia se debe a su gran resistencia y a la increíble belleza de su follaje y flores. Como su floración es principalmente en invierno, decora el jardín en una época cuando las flores no son muy frecuentes. En adición, son extremadamente duraderas como flor cortada. En Japón, se la considera la flor sagrada del amor.

La singular forma de las hojas del ciclamino y sus coloridas flores son los puntos de interés más remarcables que le dan un gran valor ornamental. Precisamente a ese delicado color natural de las flores hace referencia el epíteto de su nombre latino Cyclamen repandum, que quiere decir "de color púrpura".

Tanto el encantador follaje como las flores del ciclamen le dan un alto valor ornamental. Generalmente, se cultiva en la base de los árboles o en bordes. Las hormigas son las principales encargadas de distribuir sus semillas. Esta planta tiene un ciclo vital un tanto curioso: florece en otoño, crece en invierno y entra en un estado de letargo antes de la primavera.

La singular belleza de las flores de la artanita la han hecho una planta ornamental muy popular para cultivar en maceta o crear macizos florales. Las vistosas flores son muy aromáticas y atraen a insectos polinizadores. En adición, las hormigas son las principales encargadas de distribuir sus semillas.

Planta perenne, de hasta 20 cm de altura; tubérculo de hasta 3 cm de diámetro, más o menos globoso, comprimido, liso, pubescente, con las raíces naciendo de la base. Hojas glabrescentes, con pecíolo de hasta 12 cm; limbo de 2,4-8,5 por 2-9 cm, ovado-cordiforme, subobtuso, subentero, con dientes obtusos o mucronados, moteado de blanco por el haz.