Paso 1: Desenterrar los tubérculos
Comienza desenterrando cuidadosamente alrededor de la base de la planta Cala rosa para evitar dañar los tubérculos. Usa un tenedor de jardín o una pala para levantar suavemente los tubérculos del suelo. Sacude el exceso de tierra, pero hazlo con cuidado para prevenir cualquier muesca o corte en los tubérculos, lo que podría provocar pudrición.
Paso 2: Limpiar y secar los tubérculos
Una vez que hayas levantado los tubérculos, límpialos suavemente con agua para eliminar la tierra restante. Evita usar fuerza; si alguna tierra es difícil de quitar, deja que los tubérculos se sequen y luego cepilla la tierra. Coloca los tubérculos limpios en una sola capa sobre un periódico, en un área bien ventilada, y déjalos secar durante aproximadamente una semana. Esto ayuda a prevenir la pudrición durante el almacenamiento.
Paso 3: Almacenar los tubérculos
Después de secar, coloca los tubérculos en una caja de cartón o en una bolsa de papel llena de turba, aserrín o vermiculita. Asegúrate de que los tubérculos no se toquen entre sí para minimizar el riesgo de pudrición. Almacena la caja en un lugar oscuro y fresco donde las temperaturas se mantengan entre 5-10 °C (41-50 °F).
Paso 4: Revisar los tubérculos durante el invierno
Revisa periódicamente los tubérculos almacenados durante los meses de invierno. Busca signos de pudrición o deshidratación. Si observas algún arrugamiento, rocíalos ligeramente con agua. Por otro lado, si encuentras tubérculos podridos, retíralos de inmediato para evitar que la pudrición se extienda a los tubérculos saludables.