

Cómo identificar Tejo japonés (Taxus cuspidata)
Tejo japonés , también conocida como Taxus, Tejo cuspidata, Confiera
Tejo japonés se presenta característicamente como un perenne robusto con una apariencia densa y arbustiva. Sus hojas aciculares son de color verde oscuro, dispuestas en espiral y a menudo terminan en una punta afilada. Estas agujas miden típicamente entre 2 y 2.5 cm de longitud. La corteza de tejo japonés es escamosa y de color marrón rojizo, proporcionando una apariencia texturizada a la estructura del árbol. Es una planta versátil, apareciendo tanto en forma de árbol como de arbusto, y puede alcanzar alturas de hasta 15 metros, aunque a menudo es más pequeña en paisajes domésticos.
Hojas aciculares verde oscuro, dispuestas en espiral, con puntas afiladas.
Tallo multicaules, marrón grisáceo, textura rugosa, ramificándose desde la base.
Arilo rojo distintivo en el fruto que encierra una semilla verde tóxica.
Tronco robusto con corteza escamosa marrón rojiza que se desprende en piezas irregulares.
Planta versátil que aparece en forma de árbol o arbusto, alcanzando hasta 15 metros.
Las hojas de tejo japonés son aciculares, de color verde oscuro, y miden aproximadamente 2.5 cm de longitud. Son planas y lineares con una sutil punta afilada. Notablemente, la parte inferior de las hojas tiene un tono amarillento. Durante el invierno, el follaje puede cambiar a un color marrón rojizo o amarillo. Las hojas están dispuestas en espiral en el tallo pero parecen estar en dos filas debido a una leve torsión en la base. Su textura es suave y coriácea.
El tallo de tejo japonés es multicaules, de color marrón grisáceo, y presenta una textura rugosa y escamosa. Mide típicamente entre 1.2 y 2.5 cm de diámetro, a menudo mostrando un patrón de ramificación complejo. Las ramas surgen desde la base, dándole una apariencia arbustiva. Esta estructura densa y multiramificada es crucial para identificar a tejo japonés. La corteza puede agrietarse con la edad, añadiendo a la apariencia texturizada del tallo.
El fruto de tejo japonés presenta un evidente arilo rojo, una estructura carnosa que encierra parcialmente la semilla verde en su interior. Este arilo es suave y parecido a una baya, atrayendo a los animales para la dispersión de semillas. La semilla encerrada tiene aproximadamente 5 mm de diámetro, con una superficie lisa y brillante. Aunque el arilo puede consumirse en pequeñas cantidades, la semilla interna sigue siendo tóxica si se ingiere. Los colores contrastantes del arilo rojo y la semilla verde son distintivos, ayudando en la identificación del fruto.
El gardenia es una planta a menudo cultivada como ornamental, pero que también ha recibido un rol en la producción de tintes, pues sus frutos contienen crocetina, un compuesto utilizado para fabricar el color amarillo azafrán. Por su larga historia de cultivo en ese país, es frecuente hallarlo representado en pinturas y poemas chinos.
El potos es una planta resistente que requiere pocos cuidados, por lo que su cultivo ornamental está tan extendido. Increíblemente, esta planta trepadora puede alcanzar los 20 m de altura. Su floración natural es extremadamente rara. La última de la que se tiene constancia fue en 1964 en Singapur.
La tomate es una planta que produce como fruto el tomate. El fruto es comestible y se usaba ya en la antigüedad, en el tiempo de los aztecas. Cuando llegó al continente europeo en el siglo XVI, se creyó en un inicio que era una planta tóxica, por eso se usaba tan solo como planta ornamental.
El chile es una planta herbácea que fue llevada a Europa por los exploradores de la época. Se cultiva principalmente en huertos por su fruto alargado comestible llamado pimiento. Existen numerosas variedades que se diferencian en el color, desde verde hasta rojo, y en el sabor, que va de dulce a picante. El pimiento es apreciado en la cocina del mundo entero.
La monstera deliciosa es una de las plantas decorativas tropicales más populares gracias a la interesante forma de sus grandes hojas. Sus curiosas flores solo brotan cuando se cultiva en exteriores. Luego, dan paso a un fruto que asombrosamente puede tardar hasta un año en madurar. Sus raíces son fuertes y sirven para hacer cestas.
El curioso epíteto macrophylla hace referencia a las grandes hojas de la hortensia. Sin embargo, son sus imponentes flores lo que la han hecho ganar el aprecio de los amantes de la jardinería. Sorprendentemente, dependiendo del suelo varía el color de las flores, los suelos ácidos producen flores azules y los alcalinos flores rosas.