Clavelillo se origina en América Central y del Sur, pero se ha extendido a otras regiones del mundo como Estados Unidos, África, Asia y el Pacífico. Generalmente considerada una maleza, representa una amenaza para otras plantas debido a su crecimiento agresivo y rápida tasa de reproducción. Esta planta se reproduce a través de sus semillas, que pueden dispersarse fácilmente a través del viento, el agua, los animales o incluso actividades humanas. Su capacidad para habitar diversas condiciones ambientales la convierte en una maleza notoria: puede crecer en suelos húmedos y secos, en áreas sombreadas o soleadas. Además, clavelillo puede dañar la vegetación nativa compitiendo por recursos como nutrientes y luz solar. Una característica distintiva de clavelillo que aumenta su nocividad para los jardines es su resistencia a los métodos comunes de control de malezas. Las semillas de esta planta pueden permanecer viables en el suelo durante varios años, causando problemas continuos incluso después de la eliminación completa de las plantas maduras. Por lo tanto, evaluar y abordar su propagación a tiempo es importante para preservar la salud y la estética de los jardines.