Una maleza común encontrada en todos los continentes, amor del hortelano prospera en zonas templadas. Se considera problemática en Argentina, Chile y Uruguay. Principalmente afecta a los cultivos de cereales, pero también se encuentra en bosques, praderas, pastizales y áreas perturbadas. Amor del hortelano es altamente competitiva por los nutrientes, particularmente el nitrógeno, que puede absorber más rápido que muchas otras plantas. También produce cantidades copiosas de semillas, compitiendo directamente con otros cultivos sembrados. La planta es altamente resistente al uso de herbicidas, por lo que los métodos alternativos de control son la quema de paja, inundación de campos, acolchado de paja o cultivo profundo.