La lechuga de Agua está ampliamente distribuida en regiones tropicales y subtropicales de varios continentes. Originaria de partes de África, Asia, y Sur y Centroamérica, su presencia se ha establecido a través de una combinación de prevalencia natural y cultivo humano. La lechuga de Agua ha sido introducida en Europa, Asia, y en las naciones insulares, donde se ha adaptado a diversos ambientes. Aunque es cultivada, en ciertas áreas se considera que la lechuga de Agua puede ser invasiva, potencialmente afectando a los ecosistemas al alterar hábitats y competir con la flora local. Sin embargo, su impacto real puede variar ampliamente, y no siempre se la considera una especie disruptiva de manera universal.