El consumo o contacto con solanum puede ser severamente tóxico para los gatos y perros. Es esencial la atención veterinaria inmediata. Los síntomas incluyen vómitos, diarrea, confusión, babeo, debilidad, pupilas dilatadas, cambios de comportamiento, disminución de la frecuencia cardíaca y, en casos severos, dificultad para respirar, coma o muerte.