Trébol proviene originalmente de Europa y se ha propagado por todo el mundo. Conocida como una maleza, debe su reputación invasiva a varios factores determinantes. En primer lugar, la planta es altamente adaptable y puede crecer en una variedad de condiciones, lo que la convierte en una competidora formidable para otras plantas. Su robustez y la capacidad de ingerir nitrógeno de la atmósfera le permiten superar a especies menos resistentes, reduciendo la biodiversidad. En un entorno de jardín, trébol puede convertirse en un problema debido a su patrón de crecimiento denso y rápida propagación. Aunque es pequeña, puede rápidamente ocupar un papel dominante en tu jardín, ahogando a otras plantas y dificultando que las flores y vegetación deseadas prosperen. Identificarla temprano es clave para prevenir una invasión a gran escala. Busca hojas borrosas, de un verde grisáceo claro agrupadas en tres y pequeñas flores esponjosas de color rosa o blanco. Principalmente, trébol se propaga mediante semillas, que pueden ser fácilmente dispersadas por el viento, el agua y los animales. Esto, junto con su capacidad de madurar rápidamente, hace que sea increíblemente difícil de controlar una vez que se ha establecido.