Cómo cultivar y cuidar una Clemátides

La clemátide patens es una especie de trepadora que funciona muy bien cuando se la enreda en alguna estructura como pérgolas, vallas, postes o enrejados. Posee una floración abundante que desprende un aroma similar al de las violetas, pero ten cuidado con ella porque contiene sustancias tóxicas que podrían dañarte a ti o a tus mascotas.

La clemátide blanca (Clematis montana) es un bejuco o planta trepadora, leñosa y de crecimiento vigoroso. Sin embargo, su porte delicado, sus flores abundantes y su fragancia a vainilla la hacen muy querida en jardines, cerca de paredes y barandas, las cuales adorna al trepar sobre ellas, cubriéndolas con facilidad.

La clemátide de Virginia es una planta trepadora muy agresiva, capaz de cubrir superficies de hasta 6 m de altura. Debido a su fragancia, es comercializada como planta ornamental. Contiene algunas toxinas que la hacen incomestible para la mayoría de los animales. Se desconoce de donde proceden algunos de sus nombres comunes, algunos de ellos incluso hacen referencia a otras especies.

La clematis florida es una liana herbácea o bejuco, muy atractiva por sus hojas de dos colores. Es muy apreciada en jardinería porque da una sensación de bosque cuando se deja colgar de árboles, arbustos o estructuras fijas. A diferencia de otras lianas, no usa zarcillos para trepar, sino que abraza gentilmente las superficies con sus hojas.

La clematis de dulce otoño es un arbusto trepador que puede alcanzar la misma altura que los árboles donde se agarra. Produce dermatitis al contacto y puede ser muy tóxica si se ingiere. Se la puede encontrar principalmente en las zonas templadas del hemisferio norte, muy rara vez en los trópicos.