Después de la propagación, asegúrate de que rúcula reciba suficiente agua para mantener el suelo húmedo pero no encharcado. Protege del calor extremo proporcionando sombra si las temperaturas suben significativamente. Fertiliza con un fertilizante líquido equilibrado mensualmente, o utiliza un gránulo de liberación lenta al momento de plantar. Se puede cosechar rúcula tan pronto como 2-4 semanas después de sembrar, dependiendo del tamaño de las hojas deseado. Recoger regularmente las hojas exteriores puede fomentar un mayor crecimiento y prolongar el período de cosecha. Monitorea las plagas como pulgones y orugas, y gestiónalas con métodos orgánicos apropiados si es necesario. En general, rúcula requiere poco mantenimiento cuando se le proporcionan las condiciones adecuadas, lo que lleva a una cosecha exitosa y sabrosa.