

Cómo identificar Junco de esteras (Juncus effusus)
Junco de esteras , también conocida como Cola de caballo, Junquera, Fiebre común, Tule, Junca
Junco de esteras es un pasto perenne de humedal distinguido por sus tallos altos y cilíndricos de color verde, que carecen de hojas tradicionales y crecen erguidos en matas que varían de 30 a 91 cm de altura. Estos tallos son lisos y tienen un acabado mate fino. En el final del verano florecen con flores de color verde amarillento a marrón en corimbos multiflorales, seguidas por cápsulas obovoides como fruto. En climas fríos, la coloración de la planta cambia a amarillo y luego a marrón durante el otoño, llevando a una muerte regresiva hasta el suelo en invierno.
Tallos cilíndricos verdes, de 30 a 91 cm de altura.
Grupos de cimas espinosas con pequeñas flores escamosas de color verde amarillento a marrón.
Vainas basales que apoyan los tallos, hasta 90 cm de altura.
Tallo liso, brillante y sin ramificar, hasta 120 cm de altura.
Tallos huecos sin hojas tradicionales, con un acabado mate fino.
Junco de esteras no tiene hojas tradicionales. En su lugar, presenta vainas basales verdes y sin láminas que rodean sus tallos. Estas vainas son lisas, cilíndricas y huecas, creciendo hasta 90 cm de altura. El color es de un verde vivo, presentando una apariencia elegante y continua. Las vainas proporcionan soporte estructural y realizan la fotosíntesis. Esta adaptación única es clave para identificar junco de esteras, ya que se diferencia de otras plantas con estructuras de hojas típicas.
Las flores de junco de esteras se caracterizan por sus grupos de cimas irregulares y espinosas, con muchas pequeñas flores escamosas que varían en color de verde amarillento a marrón. Normalmente florecen de julio a septiembre. Cada flor es diminuta y carece de pétalos vistosos, pero contribuye a la textura y apariencia única de la planta. Las flores, de aproximadamente 2 mm de tamaño, están dispuestas densamente a lo largo de las matas, dando un aspecto espinoso distintivo.
El tallo de junco de esteras es una espiga cilíndrica erecta que puede crecer hasta 120 cm de altura. La textura es lisa y algo brillante, proporcionando una apariencia verde uniforme a lo largo de su longitud. El tallo es sin ramificar y hueco, con un grosor consistente que varía de 1 a 2.5 mm. Estas características, junto con la ausencia de nodos o entrenudos prominentes, son características clave para identificar el tallo de esta planta.
El gardenia es una planta a menudo cultivada como ornamental, pero que también ha recibido un rol en la producción de tintes, pues sus frutos contienen crocetina, un compuesto utilizado para fabricar el color amarillo azafrán. Por su larga historia de cultivo en ese país, es frecuente hallarlo representado en pinturas y poemas chinos.
El potos es una planta resistente que requiere pocos cuidados, por lo que su cultivo ornamental está tan extendido. Increíblemente, esta planta trepadora puede alcanzar los 20 m de altura. Su floración natural es extremadamente rara. La última de la que se tiene constancia fue en 1964 en Singapur.
La tomate es una planta que produce como fruto el tomate. El fruto es comestible y se usaba ya en la antigüedad, en el tiempo de los aztecas. Cuando llegó al continente europeo en el siglo XVI, se creyó en un inicio que era una planta tóxica, por eso se usaba tan solo como planta ornamental.
El chile es una planta herbácea que fue llevada a Europa por los exploradores de la época. Se cultiva principalmente en huertos por su fruto alargado comestible llamado pimiento. Existen numerosas variedades que se diferencian en el color, desde verde hasta rojo, y en el sabor, que va de dulce a picante. El pimiento es apreciado en la cocina del mundo entero.
La monstera deliciosa es una de las plantas decorativas tropicales más populares gracias a la interesante forma de sus grandes hojas. Sus curiosas flores solo brotan cuando se cultiva en exteriores. Luego, dan paso a un fruto que asombrosamente puede tardar hasta un año en madurar. Sus raíces son fuertes y sirven para hacer cestas.
El curioso epíteto macrophylla hace referencia a las grandes hojas de la hortensia. Sin embargo, son sus imponentes flores lo que la han hecho ganar el aprecio de los amantes de la jardinería. Sorprendentemente, dependiendo del suelo varía el color de las flores, los suelos ácidos producen flores azules y los alcalinos flores rosas.