La balsamina queda preciosa en maceta: sus rojizos tallos alcanzan el metro de altura, sus hojas son verdes oscuras y sus flores pueden ser blancas, amarillentas, rojizas, rosas o púrpuras, además de simples, dobles o semidobles. El nombre de impaciente en latín obedece al hecho de que, si se tocan las vainas de las semillas maduras, explotan de inmediato.