

Cómo identificar Barba de chivo (Aruncus dioicus)
Barba de chivo presume una estatura impresionante que varía de 3 a 6 pies (91 a 183 cm) de altura, formando una presencia densa y arbustiva. Su follaje se caracteriza por hojas compuestas que aportan una textura exuberante y similar a un helecho a su entorno. Durante su período de floración, barba de chivo presenta prominentes penachos plumosos de flores color crema, que contribuyen a su apariencia característica y etérea, similar a una barba.
Estatura alta de 3-6 pies (91-183 cm), creando una apariencia arbustiva.
Flores blancas cremosas en grandes racimos plumosos, floreciendo de mayo a junio.
Diminutas cápsulas de semillas con 2-4 semillas, fusionándose con el follaje.
Hojas compuestas bipinnadas de color verde oscuro, con folíolos lanceolados y márgenes aserrados.
Hojas inferiores más grandes que las superiores, realzando el follaje exuberante.
Las hojas compuestas bipinnadas de barba de chivo son de color verde oscuro y miden de 60 a 90 cm (2-3 pies) de largo. Los folíolos, de aproximadamente 5 a 10 cm (2-4 pulgadas) de longitud, son lanceolados con márgenes finamente dentados y doblemente aserrados. Las hojas inferiores son notablemente más grandes que las superiores, realzando la apariencia exuberante de la planta.
Las flores de barba de chivo se caracterizan por grandes racimos plumosos que forman panículas que varían de 15 a 60 cm (6 a 24 pulgadas) de altura. Florecen de mayo a junio, mostrando pequeñas flores blancas cremosas. Cada flor consta de cinco pétalos ovalados, y los estambres presentan largos filamentos delgados. Los machos producen flores más vistosas en comparación con las hembras, lo que facilita la identificación visual. Estas flores se elevan prominentemente sobre el follaje, ofreciendo una exhibición atractiva durante el período de floración.
El fruto de barba de chivo se manifiesta como una diminuta cápsula de semillas, apareciendo típicamente de junio a septiembre en plantas femeninas. Cada cápsula alberga 2-4 semillas en su interior. Estos frutos capsulares son de color marrón cuando maduran, mezclándose con el follaje circundante. Su pequeño tamaño requiere una observación cercana para una identificación adecuada. La forma simple del fruto y su tono terroso son distintivos, aunque poco visibles en comparación con las características más llamativas de la planta.
El gardenia es una planta a menudo cultivada como ornamental, pero que también ha recibido un rol en la producción de tintes, pues sus frutos contienen crocetina, un compuesto utilizado para fabricar el color amarillo azafrán. Por su larga historia de cultivo en ese país, es frecuente hallarlo representado en pinturas y poemas chinos.
El potos es una planta resistente que requiere pocos cuidados, por lo que su cultivo ornamental está tan extendido. Increíblemente, esta planta trepadora puede alcanzar los 20 m de altura. Su floración natural es extremadamente rara. La última de la que se tiene constancia fue en 1964 en Singapur.
La tomate es una planta que produce como fruto el tomate. El fruto es comestible y se usaba ya en la antigüedad, en el tiempo de los aztecas. Cuando llegó al continente europeo en el siglo XVI, se creyó en un inicio que era una planta tóxica, por eso se usaba tan solo como planta ornamental.
El chile es una planta herbácea que fue llevada a Europa por los exploradores de la época. Se cultiva principalmente en huertos por su fruto alargado comestible llamado pimiento. Existen numerosas variedades que se diferencian en el color, desde verde hasta rojo, y en el sabor, que va de dulce a picante. El pimiento es apreciado en la cocina del mundo entero.
La monstera deliciosa es una de las plantas decorativas tropicales más populares gracias a la interesante forma de sus grandes hojas. Sus curiosas flores solo brotan cuando se cultiva en exteriores. Luego, dan paso a un fruto que asombrosamente puede tardar hasta un año en madurar. Sus raíces son fuertes y sirven para hacer cestas.
El curioso epíteto macrophylla hace referencia a las grandes hojas de la hortensia. Sin embargo, son sus imponentes flores lo que la han hecho ganar el aprecio de los amantes de la jardinería. Sorprendentemente, dependiendo del suelo varía el color de las flores, los suelos ácidos producen flores azules y los alcalinos flores rosas.