Candelero se puede cultivar perfectamente a partir de semillas, aunque no es frecuente encontrarlas en las tiendas porque son muy difíciles de germinar; además, solo lo hacen durante un corto período de tiempo. Por ello, es más habitual que se propague a través de esquejes.
Es importante ponerse guantes a la hora de manipular los esquejes de candelero, así como limpiar las tijeras de podar a conciencia a fin de evitar cualquier contacto no deseado con la savia. Antes de plantar los esquejes, se deben dejar secar durante 2-3 días. De esta manera, evitarás la putrefacción y permitirás que el esqueje cree el tejido calloso correctamente. Se recomienda plantar los esquejes en un sustrato sin suelo, como el musgo esfagnaceo, ya que brinda un entorno óptimo para el correcto desarrollo de la raíz.
Rocía los esquejes con regularidad y envuelve el recipiente en el que los hayas plantado con papel de aluminio o una bolsa de plástico para preservar la humedad. No olvides retirar la bolsa o papel durante 2 horas al día para airear los esquejes y evitar el exceso de humedad en el sustrato. Si omites este paso, lo más probable es que los esquejes comiencen a desarrollar moho y se pudran. Cuando los esquejes desarrollen las raíces, estarán listos para que los trasplantes al suelo.