

Cómo identificar Olmo de montaña (Ulmus glabra)
Olmo de montaña , también conocida como Olmo de monte
Olmo de montaña típicamente se alza majestuoso a una altura de 70-100 pies (21-30 m), adornado con una amplia y redondeada copa. Este árbol prospera en su preferencia por suelos limosos enriquecidos, húmedos y bien drenados, y disfruta de la plena luz del sol. Su vasta copa ofrece una generosa sombra, pero este magnífico espécimen tiene una notable vulnerabilidad a un patógeno que ataca específicamente a su especie. A pesar de esta susceptibilidad, algunos árboles individuales continúan viviendo como tesoros botánicos.
Hojas oblongas y oscuras de verde con márgenes doblemente dentados, de 3-6 pulgadas (7.5-15 cm) de largo.
Patrón de ramificación de ramitas delgadas, de color gris ceniza a marrón rojizo, con textura ligeramente vellosa.
Flores rojizo-verdes no llamativas, sin pétalos, agrupadas, de 0.2 pulgadas (5 mm) de diámetro.
Samaras planas y papiráceas con sutiles patrones de venas y estructura alada, de 0.8-1 pulgada (20-25 mm) de largo.
Tronco que transiciona de corteza lisa en la juventud a texturas profundamente surcadas en la madurez, de hasta 3 pies (90 cm) de diámetro.
Las hojas de olmo de montaña son de color verde oscuro y ásperas, midiendo de 3 a 6 pulgadas (7.5 a 15 cm) de largo. Son simples, alternas y presentan márgenes doblemente dentados. Las hojas son oblongas a elípticas en forma, con una base asimétrica y una punta acuminada. Durante el otoño, las hojas se vuelven amarillas, aunque el cambio de color no es notablemente significativo. Estas características clave ayudan a la identificación de las hojas de olmo de montaña.
Las flores de olmo de montaña aparecen a principios o mediados de la primavera antes de que emerjan las hojas, mostrando un tono rojizo-verde. Estas flores son pequeñas, midiendo aproximadamente 0.2 pulgadas (5 mm) de diámetro, y son discretas y no llamativas. Las flores carecen de pétalos, con su color proveniente de los sépalos. Dispuestas en racimos, no poseen un aroma notable. La floración durante este periodo asegura el proceso de polinización asistido por el viento, característico de esta especie.
El tallo de olmo de montaña se caracteriza por ramitas de color gris ceniza a marrón rojizo. El tallo es típicamente delgado con una textura rugosa y ligeramente vellosa. Las escamas de los brotes se superponen, formando una apariencia estratificada. Las ramas emergen a intervalos regulares, creando un patrón de ramificación que es tanto denso como extendido. El diámetro de las ramitas oscila entre aproximadamente 0.1 a 0.2 pulgadas (2.5 a 5 mm), proporcionando una estructura robusta pero flexible esencial para el crecimiento de la planta.
El fruto de olmo de montaña es una samara plana y papirácea que alberga una sola semilla. Estos frutos alados, que típicamente aparecen de primavera a verano, facilitan la dispersión por el viento. Son de color verde claro cuando son jóvenes, madurando a un tono bronceado o marrón. Cada fruto mide aproximadamente 0.8 a 1 pulgada (20 a 25 mm) de largo. Las samaras crecen en racimos, y su ligereza les permite flotar hasta el suelo, a veces cubriendo una distancia considerable desde el árbol progenitor. El sutil patrón de venas en el ala papirácea se puede observar de cerca. Esta estructura única es fundamental para la dispersión de semillas, permitiendo que la samara gire en el aire mientras cae.
El gardenia es una planta a menudo cultivada como ornamental, pero que también ha recibido un rol en la producción de tintes, pues sus frutos contienen crocetina, un compuesto utilizado para fabricar el color amarillo azafrán. Por su larga historia de cultivo en ese país, es frecuente hallarlo representado en pinturas y poemas chinos.
El potos es una planta resistente que requiere pocos cuidados, por lo que su cultivo ornamental está tan extendido. Increíblemente, esta planta trepadora puede alcanzar los 20 m de altura. Su floración natural es extremadamente rara. La última de la que se tiene constancia fue en 1964 en Singapur.
La tomate es una planta que produce como fruto el tomate. El fruto es comestible y se usaba ya en la antigüedad, en el tiempo de los aztecas. Cuando llegó al continente europeo en el siglo XVI, se creyó en un inicio que era una planta tóxica, por eso se usaba tan solo como planta ornamental.
El chile es una planta herbácea que fue llevada a Europa por los exploradores de la época. Se cultiva principalmente en huertos por su fruto alargado comestible llamado pimiento. Existen numerosas variedades que se diferencian en el color, desde verde hasta rojo, y en el sabor, que va de dulce a picante. El pimiento es apreciado en la cocina del mundo entero.
La monstera deliciosa es una de las plantas decorativas tropicales más populares gracias a la interesante forma de sus grandes hojas. Sus curiosas flores solo brotan cuando se cultiva en exteriores. Luego, dan paso a un fruto que asombrosamente puede tardar hasta un año en madurar. Sus raíces son fuertes y sirven para hacer cestas.
El curioso epíteto macrophylla hace referencia a las grandes hojas de la hortensia. Sin embargo, son sus imponentes flores lo que la han hecho ganar el aprecio de los amantes de la jardinería. Sorprendentemente, dependiendo del suelo varía el color de las flores, los suelos ácidos producen flores azules y los alcalinos flores rosas.