Algodoncillo es nativa de la región de las Grandes Llanuras de América del Norte, pero también puede ser una maleza persistente en otros lugares. Se ha naturalizado en campos cultivados y pastizales secos en algunas partes del sur y centro de Europa.
Debido a que no puede competir contra la vegetación nativa bien establecida, la propagación invasiva de algodoncillo depende de la perturbación del suelo, convirtiéndola en una maleza agrícola muy problemática en cultivos de cereales, soja y maíz. Además, es tóxica para ovejas y ganado, lo que la hace indeseable en pastizales. Sin embargo, no debe olvidarse que algodoncillo es la única planta alimentadora de las orugas de la mariposa monarca. La invención de herbicidas y una amplia campaña contra algodoncillo ha contribuido directamente a la caída de la población de la icónica mariposa americana.